Los seres humanos somos seres multidimensionales,
es decir, vivimos al mismo tiempo en distintas dimensiones de realidad.
Una de ellas, con la que estamos más familiarizados, es la tercera
dimensión que todos conocemos tan bien.
Las
dimensiones no son otra cosa que distintos niveles de realidad, pero la
realidad está formada por energía y por conciencia, por lo tanto estas
realidades están conformadas por distintos niveles de energía y de
conciencia. Conforme nos movemos hacia arriba en la escala de las
dimensiones, la energía que forma esa realidad vibra a una frecuencia
diferente; entre más rápido vibre la frecuencia de una realidad, más
sutil o etérea se vuelve; así, la tercera dimensión es la más densa: en
esta realidad, las partículas del átomo giran a 9/10 de la velocidad de
la luz, creando la ilusión de la materia. En otras
dimensiones superiores, las partículas giran a mayores velocidades y por
lo tanto no existe una materia tan densa como en la tercera dimensión.
Lo
mismo sucede con la conciencia, a mayor nivel de dimensión, más alto es
el nivel de conciencia que encontramos. La conciencia podría explicarse
como el nivel de percepción de la realidad en donde nos encontramos:
Entre más densa es la realidad, por su frecuencia vibratoria, menor es
nuestra percepción de nuestra realidad y de las demás realidades que
existen.
Si el ser humano es
un ser multidimensional, significa que partes de nosotros están
viviendo en esta dimensión que conocemos y partes de nosotros están
existiendo en otras dimensiones y realidades, pero todo está sucediendo
al mismo tiempo, en este instante. Si existen partes de
nosotros que están viviendo en dimensiones superiores, podemos deducir
que estas partes están vibrando en frecuencias superiores y también
tienen niveles de conciencia más elevados.
Nuestro Ser Superior
no es otra cosa más que el conjunto de esas partes de nosotros que
están habitando frecuencias de energía y de conciencia superiores.
Nuestro Ser Superior somos nosotros mismos experimentando otras
realidades.
Cuando encarnamos en esta tercera dimensión pasamos por algo que se conoce como "el velo del olvido";
una de las cosas que olvidamos es precisamente que existimos en
distintos planos de realidad y que por lo tanto podemos conectarnos con
todas nuestras partes. En este momento de la historia de nuestro
planeta, este "velo del olvido" se está haciendo cada vez más delgado y
nos está dando la oportunidad de recordar la totalidad de todo lo que
somos y de interactuar con más partes de nuestro propio ser.
Nuestro
Ser Superior ya se encuentra en contacto con nosotros en este momento;
no es algo que tenemos que aprender a hacer, porque es algo que está
sucediendo para todos y cada uno de los seres humanos. El Ser Superior
podría ser comparado con nuestro concepto de "la intuición", que todos
experimentamos en mayor o menor grado en nuestras vidas; algunos suelen
hacerle caso y otros no, pero está allí, siempre esperando comunicarse con nosotros a través de cualquier mensaje sutil que podamos captar.
Si
el Ser Superior ya se encuentra comunicándose con nosotros ¿por qué no
nos damos cuenta? Porque hemos aprendido que lo único que existe o que
es real es lo que pueden captar nuestros cinco sentidos físicos y muchas
veces sentimos que lo único que somos es este cuerpo físico dentro de
esta realidad de la tercera dimensión. Por lo tanto, el obstáculo más grande que tiene nuestro Ser Superior son nuestras propias creencias sobre la realidad que habitamos.
Para establecer una comunicación más estrecha con este otro aspecto de
nuestro ser, tenemos que comenzar a cambiar nuestra percepción y
nuestras creencias sobre lo que somos y, como todo, comenzar a
practicar. No es necesario estar días y horas meditando para alcanzar
esta comunicación, sólo se requiere de nuestra intención, de nuestra constancia y de nuestra confianza.
Aunque
nuestro Ser Superior somos nosotros mismos, nuestra mente racional y
nuestro sistema de creencias encuentran muy difícil entender este
concepto, por lo que en un principio tendemos a considerarlo como un
aspecto separado de nuestro ser. Lo vemos tal vez como un ángel
luminoso, o podemos incluso identificarlo con algún maestro ascendido o
guía. Eso no es importante, la forma no es importante mientras se tenga
claro el fondo o la meta.
Cuando
alcanzamos este nivel de comunicación con nuestro Ser Superior, tenemos
la ventaja de tener acceso a otros niveles de conciencia en donde se
encuentra, puede darnos una visión mucho más amplia de las cosas y puede
guiarnos por caminos más fáciles. Es como si estuviéramos en un tupido
bosque y no conociéramos la ruta para llegar al próximo poblado y
nuestro Ser Superior fuera un águila que desde arriba puede ver todo el
panorama, sabe guiarnos para evitar un pantano, un animal salvaje, un
barranco, un río, y puede conducirnos por el sendero más fácil y más
corto para llegar a nuestro destino.
Podemos comenzar a practicar esta comunicación con nuestro Ser Superior
de forma muy sencilla: lo primero que tenemos que hacer es establecer
la intención de estrechar esta comunicación. Después tenemos que
comenzar a poner atención a nuestro alrededor en formas en las que no
estamos acostumbrados. Al principio esta comunicación es muy sutil, los
mensajes no son tan claros y tan tangibles como todos quisiéramos, pero
van haciéndose más y más obvios conforme vamos practicando.
Pide
a tu Ser Superior que te ayude a mejorar la comunicación y que te envíe
mensajes que puedas captar y pon mucha atención... el mensaje puede ser
algo tan sutil como un anuncio espectacular en la calle, como una frase
que escuchas de pronto, el título de un libro, un artículo que llega a
tus manos, un sueño, una canción que escuchas en la radio, una pluma que
cae del cielo, en fin... pueden ser miles de cosas.
Puedes
hacer un diario y comenzar por anotar lo que tú consideras que fue un
mensaje de tu Ser Superior, pronto comenzarás a darte cuenta como todo
encaja como un rompecabezas. Puedes también hacerle una pregunta antes
de ir a dormir y pedirle que te dé la respuesta durante tu sueño; ten tu
diario a la mano y anota tu sueño justo al despertar, antes de hacer
ninguna otra cosa.
Otra forma muy útil de establecer esta comunicación es a través de un oráculo,
existen cientos de tipos de oráculos, pueden ser cartitas de los
ángeles, un tarot, runas, i-ching, cartas medicinales, puedes incluso
inventar tu propio oráculo para comunicarte con tu Ser Superior.
Conforme empiezas a practicar esta comunicación de esta forma sencilla,
muy pronto te darás cuenta de cómo se va facilitando, volviendo más
clara, más constante y más tangible.
La
meta es poder llegar a fundirte con tu Ser Superior, es encarnar en tu
cuerpo físico ese nivel de vibración y de conciencia para manifestarlo
dentro de este plano tridimensional. Pero tengo que resaltar aquí la importancia de hacer una profunda limpieza y curación emocional.
No podemos integrar en nuestro cuerpo niveles superiores de frecuencia y
de conciencia si no hemos limpiado antes nuestro ser inferior. Tu
comunicación con tu Ser Superior puede llegar a ser maravillosa, pero,
sin la limpieza de tus tres primeros chakras, no serás capaz de integrar
a tu Ser Superior para fundirte con esta parte de ti como un solo Ser.
Sólo
a través de una profunda e intensa limpieza y curación emocional,
podremos alcanzar niveles superiores de vibración y conciencia; no
existe otro camino ni ninguna otra fórmula, es algo totalmente
indispensable.
Nuestro ser
inferior no es otra cosa más que nuestro niño interno herido, y al igual
que nuestro Ser Superior, constituye una más de nuestras partes que
necesita ser integrada. Hasta que no rescatemos, sanemos e integremos
esta parte de nosotros, no seremos capaces de fundirnos con la totalidad
de nuestro Ser.
Autora: Claudia Cuesta
Fuente: www.caminosalser.com
lunes, 30 de marzo de 2015
EL SER SUPERIOR
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sábado, 28 de marzo de 2015
BLOQUEOS Y FUGAS DE ENERGIA
Se dice que prestar atención a los propios estados de ánimo ya es un indicador de bienestar
emocional, cada uno de nosotros somos responsables de nuestra curación,
así como también somos los únicos responsables de nuestra falta de
armonía ¿y quién no quiere estar bien? El problema es que a
veces ni siquiera sabemos que nos pasa o cómo nos sentimos porque no
sabemos escuchar. El cuerpo nunca miente….
El estar bien sintonizado con el Universo nos permite funcionar sin problemas. Nos ayuda a evitar la atracción de tanta cosa negativa, y vivir sin tantos obstáculos. Increíblemente, todo lo que sucede a nuestro alrededor es un reflejo directo de lo que está sucediendo dentro de nosotros mismos. Por esto, es tan importante que la persona logre una comprensión profunda de su proceso, porque sólo así podrá llevar a cabo los cambios necesarios para mejorar su calidad de vida en todos los niveles.
Por lo que el primer paso será reconocer que necesitas un espacio, un cambio de conducta o hábitos y la determinación vital de querer estar bien, escojas la terapia que escojas, donde, cuando y como no son tan importantes como tu determinación a ACTUAR. No hay formulas para estos procesos y lo que a una persona le hace bien es veneno para otra.
La respuesta está en querer trabajar. La intención es más importante que la técnica. Todo aquel que tenga la actitud correcta puede curarse a sí mismo el problema es que todos queremos las cosas fáciles, o inclusive de un día para otro.
No existe lugar, dieta o terapia que haga resurgir en ti el proceso, pero si existe en cada uno de nosotros el momento exacto para actuar y necesitas agarrar esa oportunidad con todas tus fuerzas.
Entonces eventos que te hayan marcado en tu vida podrán removerse con el correr de los días con una buena intervención, pero todo está bien. Vas por buen camino, y una terapia siempre te lleva a otra, si estás haciendo yoga, te sentirás atraída por la meditación, Pranayama (control de la respiración) indiscutiblemente interiorizar será desde el momento en que decidas dar un paso a despertar, a estar bien o querer vivir mejor. Imagínate que somos como una cebolla con muchísimas capas y cada capa es un tema en tu vida, que hay que trabajar, una capa te lleva a otra más profunda. Por lo que si preguntas cuando paramos de sanar, esa pregunta no tiene respuesta, es individual.
Pues bien otra de las preguntas más frecuentes es ¿qué sanar? las personas no saben que sanar cuando se encuentran “bien” físicamente, pero casi todos tenemos alguna cicatriz, emociones acumuladas, alguna mala relación que dejo huella, problemas o maltrato en la niñez, abandonos, falta de rumbo, falta de energía, depresión, tristeza, ansiedad, síndrome de fatiga crónica, fibromialgia, ira, enojo, irritabilidad constantes, incapacidad para formar relaciones sanas o duraderas, sentimientos de traición, insatisfacción, dudas, falta de autoestima, vacios. Y todo esto resulta en bloqueos o fugas de energía.
Somos seres electromagnéticos, con modelos de frecuencia que tienen resonancia por lo que cierto tipo de energías nos son perjudiciales, nacimos con un patrón energético o patrón de luz que al cabo de los años se va modificando. Por ejemplo nos damos cuenta que ya no tenemos la misma vitalidad, empuje, extroversión de hace años. No es vejez, es un patrón que se modificó por algún evento, sustancia, persona, energía o circunstancia, incluso causada por la memoria de un daño físico, afectivo o emocional sin tener un proceso de sanación.
Una fuga de energía es como una tubería perforada o fisura donde se escapan nuestros recursos elementales como la alegría, vitalidad, placer, amor, dinero, felicidad, vida; y puede dar lugar al establecimiento de síntomas o enfermedades persistentes en cualquier parte del organismo y se produce cuando el individuo deja escapar su energía por articulaciones, espalda u órganos, en vez de dejarla fluir por las extremidades: Pies, manos, órganos sexuales y de desecho. Es decir, todo esto tiene una repercusión física emocional, mental, espiritual y puede darse a través de bloqueos que generan presión, asfixia, toxicidad y estancamiento sobre órganos o partes del cuerpo provocando inflamación, debilidad, mal funcionamiento.
Cuando hay un bloqueo no siempre puede provocar fisuras de energía, pero si un debilitamiento o poco abastecimiento de energía y nos vamos debilitando constantemente.
"El estado emocional de una persona puede verse como la proyección de sus desequilibrios estructurales" –Ida Rolf-
Las emociones de baja frecuencia tienden a ser debilitadoras pero cuando se mantienen por mucho tiempo enquistan y se vuelve una fuga de energía, porque para mantener una emoción se requiere de energía vital.
Seguramente ya te habrás dado cuenta que al pensar en un problema estás alimentándolo, porque a donde va tu atención va tu energía. Somos imanes, atraemos y enganchamos a nosotros lo mismo que vibramos. Aquí no hay actos de magia; son pensamientos con una frecuencia vibratoria que tienen consecuencias. Entre más equilibrados nos encontremos siempre estaremos en el lugar adecuado en el tiempo adecuado, en plena sincronicidad de eventos, personas y proyectos para avanzar.
Sé que cuando estamos deprimidos o desmotivados es muy difícil salir de esa nube, pero lo único es hacer un esfuerzo y determinación de quitarte de tu propio camino. Cada uno de nosotros habla, se mueve, piensa y siente diferente de acuerdo con la imagen que cada uno se ha formado de sí mismo a través de los años.
SOFIA RANDALL (extracto)
Fuente: www.glits.mx
El estar bien sintonizado con el Universo nos permite funcionar sin problemas. Nos ayuda a evitar la atracción de tanta cosa negativa, y vivir sin tantos obstáculos. Increíblemente, todo lo que sucede a nuestro alrededor es un reflejo directo de lo que está sucediendo dentro de nosotros mismos. Por esto, es tan importante que la persona logre una comprensión profunda de su proceso, porque sólo así podrá llevar a cabo los cambios necesarios para mejorar su calidad de vida en todos los niveles.
Por lo que el primer paso será reconocer que necesitas un espacio, un cambio de conducta o hábitos y la determinación vital de querer estar bien, escojas la terapia que escojas, donde, cuando y como no son tan importantes como tu determinación a ACTUAR. No hay formulas para estos procesos y lo que a una persona le hace bien es veneno para otra.
La respuesta está en querer trabajar. La intención es más importante que la técnica. Todo aquel que tenga la actitud correcta puede curarse a sí mismo el problema es que todos queremos las cosas fáciles, o inclusive de un día para otro.
No existe lugar, dieta o terapia que haga resurgir en ti el proceso, pero si existe en cada uno de nosotros el momento exacto para actuar y necesitas agarrar esa oportunidad con todas tus fuerzas.
Entonces eventos que te hayan marcado en tu vida podrán removerse con el correr de los días con una buena intervención, pero todo está bien. Vas por buen camino, y una terapia siempre te lleva a otra, si estás haciendo yoga, te sentirás atraída por la meditación, Pranayama (control de la respiración) indiscutiblemente interiorizar será desde el momento en que decidas dar un paso a despertar, a estar bien o querer vivir mejor. Imagínate que somos como una cebolla con muchísimas capas y cada capa es un tema en tu vida, que hay que trabajar, una capa te lleva a otra más profunda. Por lo que si preguntas cuando paramos de sanar, esa pregunta no tiene respuesta, es individual.
Pues bien otra de las preguntas más frecuentes es ¿qué sanar? las personas no saben que sanar cuando se encuentran “bien” físicamente, pero casi todos tenemos alguna cicatriz, emociones acumuladas, alguna mala relación que dejo huella, problemas o maltrato en la niñez, abandonos, falta de rumbo, falta de energía, depresión, tristeza, ansiedad, síndrome de fatiga crónica, fibromialgia, ira, enojo, irritabilidad constantes, incapacidad para formar relaciones sanas o duraderas, sentimientos de traición, insatisfacción, dudas, falta de autoestima, vacios. Y todo esto resulta en bloqueos o fugas de energía.
Somos seres electromagnéticos, con modelos de frecuencia que tienen resonancia por lo que cierto tipo de energías nos son perjudiciales, nacimos con un patrón energético o patrón de luz que al cabo de los años se va modificando. Por ejemplo nos damos cuenta que ya no tenemos la misma vitalidad, empuje, extroversión de hace años. No es vejez, es un patrón que se modificó por algún evento, sustancia, persona, energía o circunstancia, incluso causada por la memoria de un daño físico, afectivo o emocional sin tener un proceso de sanación.
Una fuga de energía es como una tubería perforada o fisura donde se escapan nuestros recursos elementales como la alegría, vitalidad, placer, amor, dinero, felicidad, vida; y puede dar lugar al establecimiento de síntomas o enfermedades persistentes en cualquier parte del organismo y se produce cuando el individuo deja escapar su energía por articulaciones, espalda u órganos, en vez de dejarla fluir por las extremidades: Pies, manos, órganos sexuales y de desecho. Es decir, todo esto tiene una repercusión física emocional, mental, espiritual y puede darse a través de bloqueos que generan presión, asfixia, toxicidad y estancamiento sobre órganos o partes del cuerpo provocando inflamación, debilidad, mal funcionamiento.
Cuando hay un bloqueo no siempre puede provocar fisuras de energía, pero si un debilitamiento o poco abastecimiento de energía y nos vamos debilitando constantemente.
"El estado emocional de una persona puede verse como la proyección de sus desequilibrios estructurales" –Ida Rolf-
Las emociones de baja frecuencia tienden a ser debilitadoras pero cuando se mantienen por mucho tiempo enquistan y se vuelve una fuga de energía, porque para mantener una emoción se requiere de energía vital.
Seguramente ya te habrás dado cuenta que al pensar en un problema estás alimentándolo, porque a donde va tu atención va tu energía. Somos imanes, atraemos y enganchamos a nosotros lo mismo que vibramos. Aquí no hay actos de magia; son pensamientos con una frecuencia vibratoria que tienen consecuencias. Entre más equilibrados nos encontremos siempre estaremos en el lugar adecuado en el tiempo adecuado, en plena sincronicidad de eventos, personas y proyectos para avanzar.
Sé que cuando estamos deprimidos o desmotivados es muy difícil salir de esa nube, pero lo único es hacer un esfuerzo y determinación de quitarte de tu propio camino. Cada uno de nosotros habla, se mueve, piensa y siente diferente de acuerdo con la imagen que cada uno se ha formado de sí mismo a través de los años.
SOFIA RANDALL (extracto)
Fuente: www.glits.mx
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energía,
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jueves, 26 de marzo de 2015
GRATITUD
Es la por la cual una persona reconoce, interior y exteriormente, los regalos recibidos y trata de corresponder en algo por lo que recibió. Esencialmente, la gratitud consiste de una disposición interior, un corazón agradecido, pero cuando es genuino trata, de alguna forma, de expresarse en palabras y en obras. Consecuentemente, incluye tres elementos: reconocimiento de que un regalo ha sido recibido; apreciación expresado en agradecimiento; y en cuanto sea posible, regresar de alguna manera lo que se le ha dado de forma gratuita sin ninguna obligación de parte del dador.
Fuente: You tube
miércoles, 25 de marzo de 2015
EJERCICIOS PARA ABRIR TU MENTE
¿Realmente hacemos el esfuerzo de interesarnos en los demás?
Si buscas conectar con tu interlocutor, prueba estos ejercicios:
• Habla menos y escucha más. Es la clave de un buen interlocutor.
• Amígate con el silencio. No es incómodo, sino un ejercicio terapéutico que crea un momento íntimo y de empatía con el otro.
• Apaga todo. A nadie le gusta una persona que comprueba el correo, mira el teléfono móvil o la tele mientras mantiene una conversación.
• Presta atención al lenguaje corporal. Escuchar va más allá de los oídos.
• Observa los ojos y gestos de tu interlocutor y, si ves que lo necesita, tomalo de la mano o dale un abrazo.
Es vital que, en medio de esta sociedad hiperactiva y llena de estrés, recuperemos la capacidad de escucha.
Si buscas conectar con tu interlocutor, prueba estos ejercicios:
•
No te apropies de la conversación. Interrumpir para contar las
experiencias parecidas que hayamos vivido no suma. Las personas no piden
saber si otros han sentido lo mismo; simplemente, necesitan que las
entiendan.
• Habla menos y escucha más. Es la clave de un buen interlocutor.
• Amígate con el silencio. No es incómodo, sino un ejercicio terapéutico que crea un momento íntimo y de empatía con el otro.
• Apaga todo. A nadie le gusta una persona que comprueba el correo, mira el teléfono móvil o la tele mientras mantiene una conversación.
• Presta atención al lenguaje corporal. Escuchar va más allá de los oídos.
• Observa los ojos y gestos de tu interlocutor y, si ves que lo necesita, tomalo de la mano o dale un abrazo.
Es vital que, en medio de esta sociedad hiperactiva y llena de estrés, recuperemos la capacidad de escucha.
Fuente: http://www.creadess.org/
martes, 24 de marzo de 2015
¿QUÉ SON LOS APEGOS?
El apego es algo natural en los seres humanos,
pues de bebes realmente éramos apegados a nuestra madre, en el sentido
de que realmente necesitábamos de ella para sobrevivir, pues por
nosotros mismos no podíamos. Con el paso del tiempo, ese chip en
nuestra mente se quedó instalado, y fuimos llegando a
conclusiones equivocadas sobre diferentes “cosas”, “personas” o
“situaciones” que necesitábamos que existieran para que nos sintiéramos a
salvo, así como la leche de nuestra madre algún día nos hizo sentir seguros.
Al mismo tiempo en nuestro cerebro bebé y en el cerebro de nuestra madre, se segregaba una hormona llamada oxitocina, la cual es conocida como “la hormona del amor”,
pues es la responsable de que el vínculo entre madre e hijo se
fortaleciera (más de la madre hacia el hijo, pues se ha descubierto que
en el género masculino ésta hormona se segrega en menores cantidades),
esta misma hormona la segrega la mujer cuando se siente protegida y
amada mientras que tiene relaciones sexuales. Así es que mujeres, no se
pregunten por qué pareciera que ustedes necesitan más al hombre que
viceversa.
La oxitocina y nuestra naturaleza humana es totalmente sabia e inteligente,
hizo todo esto por alguna razón; principalmente para que como madres
nos quedáramos cerca de nuestros hijos a cuidarlos y protegerlos de
cualquier daño y experimentar el amor en grandes proporciones. El
problema es cuando confundimos amor con apego y nos quedamos en esa
etapa de dependencia del uno con el otro. En el que si se desaparecía
nuestra madre era el fin del mundo, literalmente.
Y así seguimos creciendo y vamos generando nuestro sentido de identidad,
lo cual está bien, es sano, el problema es cuando hacemos que ese
sentido de identidad se vuelva rígido e inflexible, en el que percibimos que necesitamos “ser” cierta persona, para ser nosotros mismos, para valer, para estar a salvo y haber vivido la vida que “debimos” haber vivido.
Y
luego, vamos experimentando y encontrando diferentes emociones y
sentimientos que son agradables, y decimos “quiero más de esto”, y
claro, nos apegamos a ellos como si dependiéramos de esas situaciones o
personas que nos generan el sentimiento para sentirnos bien.
se siente bien = quiero más (apego)
se siente mal = no quiero de eso (rechazo)
“El apego realmente no es a la persona, cosas o situaciones, es al sentimiento agradable que su existencia nos genera”.
Lo
contrario al apego es la aversión, “quiero evitar eso”, y eso sucede
cuando identificamos una persona, objeto o situación que nos genera un
sentimiento desagradable, y entonces creemos que por nada del mundo podemos soportar eso, y lo rechazamos. El
rechazo y la aversión es otra forma de apego, pues creemos que
dependemos de su inexistencia para que nosotros nos sintamos seguros y
felices.
¿Cómo se relacionan los apegos con la ansiedad?
La ansiedad tiene sus bases en la emoción del temor,
llevada al extremo del miedo. Nos vamos llenando de miedos que
realmente son desproporcionales, pues nos decimos cosas como “si no
llego puntual los demás pensarán mal de mi”, “si pierdo el trabajo no
seré nadie en la vida”, “si me quedo sin pareja sería lo peor que me
podría pasar”, “ésta palpitación está muy fuerte, seguramente me dará un
ataque al corazón”.
Y el apego también está fundado en el temor,
pues tenemos temor de que ésto o lo otro suceda, o bien, temor a que
perdamos a nos separemos de alguien o de algo en nuestras vidas.
El
apego genera ansiedad pues nos llena de miedo al creer que realmente
necesitamos de ciertas situaciones y personas para generar emociones y
sentimientos agradables en nosotros mismos, y se nos olvida que esos sentimientos agradables nacen desde nuestro interior, y no al revés. Al
estar apegados a que tenemos que “ser”cierta persona, o que tenemos que
“estar cerca” de tales personas, o que tenemos que “poseer” tales
objetos, y “evitar” situaciones, nos vamos llenando de requisitos y más
requisitos para ser felices y sentirnos seguros.
¿Cómo me libero de los apegos?
Sigue los siguientes pasos y veamos qué sucede.
1.- Identifica y enlista a qué situaciones, personas u objetos te sientes más apegado emocionalmente.
2.-
Escribe a un lado de cada uno, lo que esa situación, persona u objeto te
hace sentir. (feliz, satisfecho, lleno, tranquilo, seguro)
3.- Haz
el esfuerzo de identificar qué necesidades se están cubriendo a través
de esos sentimientos. (sentirte a salvo, sentir que perteneces, que eres
amado, respetado, aceptado, tomado en cuenta, que vales).
4.-
Reflexiona cuándo fue la primera vez que creíste que no tenías esa
necesidad cubierta, y que aprendiste a satisfacerla a través de
personas, objetos o situaciones.
5.- Pregúntate si hoy en día realmente necesitas de todo eso para cubrir tus necesidades.
6.- Haz
una nueva lista, en la que identifiques acciones que puedes realizar
para tú mismo cubrir esas necesidades, y liberarte de los apegos. (que
no necesites de lo exterior para alcanzarlo si no de lo interior, ser tu
propia madre, pareja o mejor amiga).
7.-
Visualiza cómo te quieres relacionar de ahora en adelante con esas
personas, situaciones u objetos a los que te sientes apegado, desde una
plataforma de libertad.
“El verdadero amor libera, el apego aprisiona”.
8.-
Haz una meditación, en la que te visualices completo, a salvo, feliz y
satisfecho con quien eres, desde tu esencia, una esencia que realmente
no necesita de nada que suceda para expresarse y ser feliz.
9.- Practica un día de actuar como si no necesitaras de nada para ser feliz, simplemente lo eres porque existes.
10.- Si tienes pareja,
practica demostrar tu amor sin hacerlo para “retenerlo”, si no tienes
pareja, practica demostrarte a tí mismo tu amor como si no necesitaras
de pareja para ser feliz.
Fuente: http://www.desansiedad.com/
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